Lenia Batres Guadarrama
Todas las mujeres que tenemos o hemos tenido relaciones sexuales conocemos, por lo menos físicamente, nuestro sexo. Sin embargo, aún identificamos a los órganos que lo conforman como "reproductores", cuando en realidad no todas estas partes tienen alguna función durante la reproducción.
Por ello, diversos especialistas dividen los órganos sexuales de la mujer, al igual que los del hombre, en órganos genitales y órganos reproductores. Los primeros son responsables de proporcionar placer, mientras que los órganos reproductores se encargan de la elaboración y transporte de óvulos o espermatozoides.
Un conocimiento profundo de nuestros genitales, además de ayudar a comprender la fisiología de los mismos, constituye una tarea de higiene mental, pues nos ayuda a reafirmar nuestra femineidad. Estos órganos no sólo producen óvulos que al ser fecundados por los espermatozoides aseguran la continuidad de la especie, sino que son artífices de un delicadísimo y complejo mecanismo para alimentar, proteger y mantener vivo al feto hasta la formación completa de la criatura, y, cuando no se tiene como objetivo de la relación sexual la procreación, proporcionan placer que ayuda a consolidar la comunicación de la pareja.
Conocidos plenamente de manera científica hasta mediados de este siglo, los órganos femeninos pasan casi inadvertidos en comparación con los masculinos, debido a su forma y ubicación.
Los genitales de la mujer se componen de vulva, clítoris, orificio vaginal, uretra, válvula de Bartholin e himen. Los reproductores, por ovarios, trompas, útero y vagina. En el hombre, los genitales pueden observarse con facilidad; son el pene y los testículos. Y los órganos reproductores masculinos son: la próstata, los conductos deferentes y las vesículas seminales.
Genitales externos femeninos
- Vulva: Es el conjunto de órganos genitales externos de la mujer.
- Monte de venus: Se llama así a la prominencia del pubis en la mujer.
- Clítoris: Es el órgano responsable de proporcionar el placer sexual a la mujer. Está parcialmente recubierto por una capa llamada capuchón del clítoris; como es sumamente sensible, su estimulación directa no siempre es placentera, especialmente cuando la excitación no es suficiente.
- Labios menores: Son delgados y están desprovistos de vello. Cuando ocurre la excitación se dilatan y durante la penetración del pene en la vagina friccionan el clítoris.
- Labios mayores: Componen la parte más externa de la vulva y están recubiertos de vello. Se extienden desde el Monte de Venus hasta el perineo.
- Perineo: Se denomina así al espacio comprendido entre el ano y la vulva.
- Uretra: Es el conducto que lleva la orina desde la vagina hasta el exterior. Contrariamente a lo que ocurre en el hombre, cuya uretra conduce también el esperma, en la mujer su función es específicamente urinaria.
Órganos genitales internos o reproductores
- Vagina: Los romanos llamaron vagina al conducto al conducto que se encuentra entre la uretra y el ano. Por mucho tiempo se creyó que su única función consistía en alojar al pene y remitir el esperma al útero. Hasta hace pocos años se ignoraba que la vagina cumple múltiples funciones durante el coito. Sus músculos no sólo son capaces de dilaciones que permitan el paso del bebé durante el parto, sino que lubrican la parte blanda para que penetre el pene sin dolor y provocan el aumento del clítoris durante la excitación.
- Cuello del útero o cérvix: Es la parte inferior del útero, por donde suben los espermatozoides hasta las trompas de falopio. El cérvix posee un orificio muy pequeño por donde la menstruación desciende del interior del útero hacia la vagina. Hay una especie de tubo del cuello del útero que une a la vagina con la cavidad uterina --llamado conducto endocervical-- lleno de numerosas glándulas productoras de mucosidad. La consistencia de esas secreciones cervicales varía durante las diferentes fases hormonales del ciclo menstrual. Antes de la ovulación, las secreciones cervicales se vuelven fluidas y acuosas. Durante la ovulación, en cambio, son densas y toman la consistencia de clara de huevo.
- Cuerpo uterino: Es el órgano muscular contiguo a la vagina, donde se desarrolla el feto durante el embarazo.
- Trompas de Falopio: Se llama así a los dos conductos que se originan en el útero y se abren en el ovario en forma de dedos. En ellas se encuentra el óvulo y los espermatozoides. Las trompas transportan el óvulo fecundado hacia el útero.
- Ovarios: Son dos estructuras abdominales encargadas de la maduración y expulsión de los óvulos, así como de la producción de hormonas femeninas.
- Himen: Por esta membrana situada a dos centímetros de la entrada de la vagina se valoraba antiguamente la integridad de la mujer, debido a la preocupación de que la futura descendencia perteneciera efectivamente a su marido. Existen muchos tipos de himen, y normalmente todos poseen un pequeño orificio por donde la niña elimina las secreciones de sus genitales internos desde que nace, y a partir de la pubertad, la menstruación.
Cuando el himen no presenta este orificio puede presentar problemas en la pubertad, porque impide la salida de la menstruación. El médico puede abrir quirúrgicamente un pequeño orificio en el himen.
- Senos: En sociedades como la mexicana, que pertenece a la cultura occidental, son elementos fundamentales del atractivo femenino, y también elementos eróticos para ambos sexos. Esta función sexual es exclusiva de los seres humanos. Pero, también, como sucede en el resto de los mamíferos, sirven para la alimentación del recién nacido.
El bebé succiona la leche a través de los pezones, especie de botón constituido por 15 a 20 conductos, cada uno de los cuales se ramifica para recoger la sustancia producida por las glándulas mamarias o alvéolos. Cada seno está conformado por miles de alvéolos y por una masa muy variable de tejido adiposo, es decir, grasa.
Información tomada de:
El libro de la sexualidad femenina. Biblioteca Actual Yo Mujer, varios autores. Editores Asociados. Buenos Aires, Argentina, 1993.