Lenia Batres Guadarrama
¿Cuál es el punto débil de su autoridad ante los hijos? Las siguientes preguntas pueden ayudarla a percatarse si lejos de estar educando a un niño que le obedezca, se está convirtiendo en una madre obediente... Si tiene varios hijos, piense la pregunta en cada caso. Aunque uno actúe de igual manera con todos, no siempre ellos responden de la misma manera hacia la autoridad.
Al final del cuestionario se indica cuántos puntos corresponden a cada cuestión.
1. Si pretende que su hijo levante los juguetes que dejó regados, usted:
a) Le grita desde lejos: "¡Recoge los juguetes!", y si no le escucha, vuelve a gritarle.
b) Le dice: "¿Por qué no recoges los juguetes para ayudar a mamá?, ándale".
c) Se acerca hasta donde él está y le indica: "Recoge los juguetes, por favor".
2. Si su hijo se niega a recoger los juguetes, usted:
a) Vuelve a dar la orden y, ante la falta de respuesta, como ya se le hace tarde para salir a algún sitio, va y recoge los juguetes.
b) Le explica que es necesario que coopere en los quehaceres diarios, le pide una segunda vez que lo haga y le advierte que si no obedece tendrá que retirarle el coche con el que juega en ese momento. Si ni aun así obedece, le retira el coche.
c) Le grita: "¡Te dije que recogieras tus juguetes! ¡Hazlo! ¡que lo hagas, te digo! Si no me obedeces voy a decirle a tu papá que te castigue! ¡Recógelos!". Y ante la frustración, pues de todas formas no lo hace, le dice: "Un día de estos me voy a ir de la casa porque ustedes no me hacen caso".
3. Si se encuentra fuera de casa y su hijo toma algún objeto de vidrio que no es suyo, usted:
a) Le pide que lo deje en su lugar. Como no quiere dejarlo, usted lo distrae con otro objeto cercano que no muestra ningún riesgo de romperse.
b) Se lo arrebata, le da un manazo y le dice que no debe coger eso. Si el niño llora, usted lo ignora.
c) Le pide que lo deje en su lugar, pero el niño comienza a hacer berrinche. Todo el mundo la está mirando. Para que deje de llorar, saca de su bolsa una paleta y se la da.
4. Si su hijo le arrebata un juguete a su hermano, primo u otro niño, usted:
a) Consuela al otro niño y le busca otro juguete.
b) Le pide a su hijo que le dé el juguete al niño. Si no lo hace, lo manda a jugar solo a otra habitación.
c) Se siete orgullosa de que su pequeño sea el m s listo de la familia. Y como cree que es cosa de los niños, no se mete.
5. Si en algún descuido, su hijo prende un cerillo y quema algún objeto, usted:
a) Le explica que nunca debe jugar con fuego porque puede incendiar la casa y le impone como castigo dejarlo sin golosinas o postre en las tres comidas del día.
b) Le grita: ¿¡Quieres incendiar la casa, estúpido!?"
c) Se concreta a retirar de su alcance los cerillos y a cerrar con llave la cocina.
6. Respecto de lo que el niño debe hacer en casa, usted:
a) Va resolviendo en el momento, de acuerdo con la circunstancia.
b) Cree que debe obedecer absolutamente todo lo que usted le indica, y si él cree que no es justo no importa.
c) Piensa que él ya sabe, pues usted se ha preocupado en que tenga claro qué es exactamente lo que se le permite hacer y por qué.
7. Si diariamente su hijo se para a mitad de la comida a ver la tele o a jugar, usted:
a) Sabe que así ser siempre, así que mejor no le dice nada cuando lo hace.
b) Diariamente, discute y forcejea con él hasta que consigue que se quede a terminar la comida, aunque los demás ya se hayan levantado de la mesa.
c) Se fija qué tanto ha comido, y le condiciona el permiso de pararse hasta que haya terminado la parte m s importante de la comida (pollo, carne), si no, no habrá televisión o juego.
8. Si su hijo está armando un rompecabezas y ya es la hora de dormir, usted:
a) Le pide que se vaya a dormir, y si no lo hace le impone un castigo.
b) Le advierte que después de que termine el rompecabezas se irá a la cama.
c) Se lo lleva a la cama a fuerza.
9. Su hijo le desobedece:
a) Todos los días ante cualquier orden que se le dé.
b) Sólo cuando se siente agredido, incomprendido; es su manera de quejarse de usted.
c) Sólo cuando se presentan situaciones poco cotidianas, como las salidas de paseo.
10. Los fines de semana, usted:
a) Intenta guardar un poco de dinero para llevarlo de paseo, al cine o a ver un espectáculo para niños.
b) Como no hay dinero, se queda en casa a ver la televisión y descansar.
c) Como trabaja, cree que el niño tampoco debe descuidar sus deberes y lo pone a que ayude al aseo general.
Valoración
Pregunta a) b) c)
1. 5 5 15
2. 5 15 5
3. 5 10 15
4. 10 5 15
5. 15 5 10
6. 10 5 15
7. 5 5 15
8. 10 15 5
9. 5 10 15
10. 15 10 5
De 150 a 135 puntos
Definitivamente, usted no es una madre que obedece a su hijo. Controla totalmente a su pequeño y, a la vez, el niño ha aprendido a autocontrolarse gracias a que usted le da indicaciones claras y específicas. Cada vez que le pide a su pequeño que haga algo, se detiene a pensar si sus órdenes son justas, y si su hijo se niega a obedecer, usted trata de explicarle por qué debe hacerlo, lo que imprime en el niño valores morales como la justicia, muy importante en la convivencia con el mundo y en su desarrollo posterior. Para usted, la convivencia con su hijo no es una tarea pesada, pues cada día inventa nuevas cosas para enriquecerla.
De 130 a 120 puntos
Usted tiene bastante autoridad con su hijo, pero no siempre sabe cómo ejercerla. Se preocupa por inculcarle valores en los que usted cree, pero de repente se sale de quicio y se desespera. Quizá un repaso de las respuestas a las preguntes que acaba de responder le ayude a percatarse dónde se encuentran las fallas en las órdenes que le da al niño. Puede tratarse sólo de la forma en que le pide las cosas. Quizá deja que le desobedezca algunas veces y otras no, lo que ocasiona un poco de desconcierto en el niño. De cualquier manera, tiene bastante comunicación con su hijo, así que recobrar el mando en los actos del pequeño será muy fácil, más aún si trata de ser consecuente con su mando.
De 115 a 50 puntos
Lo más probable es que usted tenga una relación un tanto viciada con su hijo. Quiere imponerle las cosas a como dé lugar y la respuesta del pequeño es cada vez más rebelde. Además, sin proponérselo, usted lo recompensa por la desobediencia; sin darse cuenta, hace lo que él debiera hacer o le otorga algún dulce para que no moleste. No se angustie, afortunadamente, todo tiene solución en las relaciones humanas, m s aún, si existe afecto de por medio. Sería bueno que comience por reflexionar las órdenes que le da. Piense si son justas y si le pide al niño cosas claras, que él entiende. No se atenga a recibir un no de respuesta, la autoridad no recibe negativas.