Lenia Batres Guadarrama
Hace 27 años me iba a la prepa en bici por el Eje Central. Pero 15 años después la bicicleta era un transporte casi extinto en el DF. Qué íbamos a pensar en ciclovías o estacionamientos para bicis.
A pesar de tratarse de un medio de transporte eficiente, económico, rápido, no contaminante y saludable, en México la bicicleta no pasaba de ser un transporte local o de uso para quienes realizan algún oficio, si no es que sólo un marginal juguete para niños y jóvenes.
Algunas organizaciones como Bicitekas, A.C. impulsaban sin eco la generación de espacios urbanos adecuados para la bicicleta.
Afortunadamente, eso se ha ido transformando poco a poco.
López Obrador creó las ciclovías de Periférico, con la construcción del segundo piso. Y la administración encabezada por Marcelo Ebard ha impulsado fuertemente el uso de la bicicleta.
Algunos funcionarios acuden a trabajar en bicicleta para dar el ejemplo. Y no han dejado de adaptarse espacios para la bicicleta.
Ya no sólo los domingos se puede andar en bici. Entre semana, se observa un uso cada vez más intenso de este vehículo. Originalmente, la avenida Reforma abrió sus carriles centrales para la bici de deporte o esparcimiento los domingos, pero ahora tiene confinados carriles permanentes para la bicicleta en las orillas de la avenida. Se va haciendo común ver a miles de capitalinos trasladarse en ropa de trabajo con portafolios y bolsos en bicicletas en horarios laborales en esa avenida.
Es una muy buena noticia observar que en el desarrollo de la ciudad, ya no sólo deciden los espacios públicos los mercados inmobiliario, comercial y de servicios, sino también las necesidades de sus habitantes.
Hace algunos años, el Comité Pro-Bici documentaba que en ciudades de Canadá, Holanda, Alemania y China la bicicleta se consideraba como medio de transporte, con igual prioridad en la planeación y el desarrollo de la infraestructura vial que los autobuses y los automóviles.[*]
Javier Hidalgo, director del Instituto de la Juventud del Distrito Federal, uno de los principales impulsores del uso de la bicicleta en el gobierno capitalino, decía hace unos cuatro años que en la Zona Metropolitana del Valle de México apenas el 0.7% de los recorridos diarios se realizaban en bicicleta. En cambio en Montreal representaban el 10%, mientras que en Copenhague ascendían al 30% y en Holanda significaban el 45% de los viajes al día.
Según un estudio suizo, un automóvil que viaja a 40 Km/h, requiere tres veces más espacio que uno que viaja a 10 Km/h; mientras que en un carril reservado para autos particulares utilizado al máximo (con cuatro ocupantes por auto) no transporta más de 3,000 personas por hora, las bicicletas que circularían en ese mismo espacio podrían movilizar a más de 30,000 ciclistas.[*]
En otros momentos se creyó que modernidad era sinónimo de automatización, de sustitución del esfuerzo humano por la tecnología. Hoy en día, la multitud de los problemas de contaminación en nuestras ciudades, el enorme gasto energético y la saturación vial que implica nuestra movilidad, aunados a los problemas de salud que padece seriamente nuestra población por sedentarismo y mala alimentación, nos obliga a regresar a propiciar la actividad humana.
Ojalá que este
esfuerzo de implantar la bicicleta en nuestra cotidiana movilidad no se merme.
Bicitekas, A.C. destacó los avances contenidos en el Reglamento de Tránsito Metropolitano publicado el 17 de febrero del año pasado, que introdujo el concepto de zonas de tránsito calmado, ciclocarril y área de espera ciclista, como espacios fundamentales para el uso de la bicicleta que no requieren una gran inversión para generarse. Sin embargo, han hecho observaciones normativas importantes que deben tomarse en cuenta, como la necesaria derogación de la obligación de los ciclistas de circular en vías confinadas en donde existen, ya que ello puede servir de eximente de responsabilidad civil en caso de accidente de algún ciclista que deba cruzarse hacia carriles de automóviles.
Ganamos Reforma. Ahora hay que terminar de generar espacios amigables para circular. La idea del alquiler o préstamo de bicicletas en determinadas zonas ha ayudado mucho para eso, pero falta multiplicar la infraestructura hacia zonas no turísticas ni de oficinas para que los capitalinos que se desplazan las distancias más largas también disfruten de este servicio.
En lo inmediato hay medidas no tan complicadas que se pueden tomar. Una: que en todas, todas, las estaciones del Metro existan estacionamientos para bicicletas. Otra: que se multipliquen áreas de alquiler de bicicletas en todas las delegaciones, como existen ahora en Reforma, Centro y Condesa.
Una ciudad de bicicletas será una ciudad amigable y sana. También en México es posible.
[*] Hinojosa, Javier, Presidente Comité Pro-bici, Cápsulas Probici, Edición 86 / Enero-Marzo del 2003 Disponible en Internet: http://www.ambiente-ecologico.com/ediciones/2003/086_01.2003/086_Opinion_JavierHinojosa.php3.
27 de noviembre de 2011